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12 octubre 2011

Aplicaciones ganadoras, negocios de éxito y algún fracaso

Hay tres grandes categorías para analizar de forma práctica los cientos de miles de aplicaciones disponibles en la actualidad en dispositivos móviles: Big Winners, Steady Winners y No Winners.

Todos los que creamos y desarrollamos aplicaciones aspiramos a conseguir un gran éxito, al menos una vez en la vida. Nos esforzamos y trabajamos duro para que nuestro proyecto alcance la categoría de Big Winners. La realidad es que muy pocas aplicaciones lo consiguen.

Uno de los principales referentes de esta categoría es Angry Birds.

Sus cifras son de otro planeta: 350 millones de aplicaciones descargadas, una media de 300 millones de minutos jugados cada mes, 1 millón de juguetes vendidos al mes y una valoración provisional de la empresa que supera los 1.200 millones de dólares.

Para que un proyecto entre en la categoría de Big Winners hay que tener en cuenta muchos factores:

* Personas: identificar y conocer en profundidad el público al que va dirigida tu aplicación
* Idea: cubrir de forma eficaz una necesidad mediante una idea/solución original y atractiva
* Solución: crear una experiencia única a través de un diseño excelente.
* Contenidos: producir contenidos muy atractivos y renovarlos incansablemente
* Modelo de negocio: definir e implantar un modelo rentable y con posibilidades de evolucionar y crecer en el tiempo
* Equipo: unir y coordinar a un equipo de profesionales con experiencia y en contínua formación
* Marketing: planear un plan de marketing y comunicación sólido para crear y mantener una marca potente.

La lista de ingredientes es aún más amplia. Como en la buena cocina, el secreto está en la selección de ingredientes de calidad, las herramientas, la experiencia y las capacidades del cocinero y su equipo para crear y elaborar un buen plato. No hay una receta mágica. Cada producto nos enfrenta a unas necesidades y a unos retos diferentes.

Velocidad y resistencia

Hay que ser ambiciosos y trabajar muy duro para crear una aplicación de éxito. Tienes que ser muy rápido, porque la competencia en este entorno es salvaje y no descansa. También tienes que tener mucho fondo y resistencia para mejorar y evolucionar la aplicación contínuamente porque vivimos en un mercado muy saturado de oferta, y los consumidores exigen hoy una mayor calidad en las aplicaciones.¿Cómo podemos conseguir ser más veloces y a la vez más resistentes?

No es imposible, aunque parecen conceptos díficiles de reconciliar. O eres rápido, o eres resistente, pero ¿ambas cosas a la vez? La respuesta está en el entrenamiento. A día de hoy, creo que la mejor pista de entrenamiento para crear y desarrollar aplicaciones es la categoría Steady Winners.

Son todas aquellas aplicaciones que se convierten en un negocio sólido con el tiempo y que permiten obtener a sus creadores unos beneficios razonables y constantes. No disponen de una base de usuarios masiva porque están dirigidas a satisfacer las necesidades concretas de nichos de mercado muy bien identificados. Los resultados de estos negocios estables y modestos tal vez no son tan espectaculares ni generan tantas noticias como Angry Birds.

No importa. Los proyectos Steady Winners son rentables. Y además, están generando una importante cantera de profesionales. Es el entorno perfecto para aprender y formarte, conectar con otras personas como tú, y desarrollar tus capacidades y habilidades. Tal vez contarás con menos recursos pero eso es bueno porque puede aumentar tu eficacia y creatividad. Si te emociona el mundo de las aplicaciones y quieres dedicarte a ello, anímate a explorar esta categoría, tanto o más que de los grandes proyectos de éxito.

Hazlo sin complejos. Estamos todos empezando y aprendiendo. No tienes nada que perder y sí mucho a ganar. Tu objetivo es entrar y formar parte de este mundo. Y si te entran dudas y miedos, recuerda siempre, que antes de que los creadores de Angry Birds acertaran en la diana con su mejor aplicación, estuvieron 6 años desarrollando más de 50 proyectos diferentes, con mayor o menor éxito, y algún que otro fracaso, como todo el mundo. Es sólo cuestión de tiempo, trabajo duro y un poco de suerte.