En principio se trataba de un acuerdo bilateral de licenciamiento mutuo por el que se permitía el uso de algunas de las patentes de las dos empresas el uno al otro, quitando de la mesa la posibilidad de denunciar al otro en los 10 años de vigencia del acuerdo. Ahora, con los detalles del acuerdo sabemos que la bilateralidad era más bien poca, ya que casi todo el peso del acuerdo se inclina hacia el lado de Apple.
El acuerdo incluía cláusulas para que HTC pudiera usar las patentes funcionales de Apple, pero también una cláusula muy amplia y poco descrita de anticopia de las "partes distintivas de Apple", que no se especifica cuáles son exactamente. Esta cláusula quedaba fuera de juego cuando las funciones que Apple considere que la incumplen no dependen directamente de HTC, es decir, son parte del núcleo de Android. En este caso, supongo, Apple tomaría acciones contra Google. En resumen: HTC podría usar la patente del "deslizar para desbloquear", pero no la podría implementar de forma que se parezca al iPhone.
Lo anterior implica que cosas que un usuario espera de un teléfono, como reconocer un número de teléfono de un texto y marcarlo sólo con hacer clic (Apple tiene patente de esto) pueden ser usadas en teléfonos HTC pero no en el resto de teléfonos Android. Del mismo modo, todo lo relacionado al diseño de hardware de los terminales de Apple no puede ser usado de ninguna manera por HTC, aunque tampoco es que tuvieran trayectoria de hacerlo, sencillamente demuestra la importancia del mismo para Apple, la importancia de hacer que sus dispositivos se vean como ningún otro de la competencia.
Por la parte económica del asunto, es HTC quien paga a Apple, como ya se anticipaba, pero la cifra concreta no se sabe aún, por lo que es difícil decir si fue o no un buen acuerdo por parte de HTC para librarse de las amenazas de Apple.
