Aunque las pantallas táctiles y multitoque en los móviles ya sea algo común, eso no quiere decir que no haya nada más por innovar en el área de los teléfonos táctiles.
Nokia entiende bien eso, y mientras que el N900 con su Maemo 5 da unas muestras de multitoque fantásticas, quiere ir un paso más allá con interfaces táctiles 3D. Esto significa que además de reaccionar a los movimientos de los dedos, el equipo con esta tecnología podrá percibir la presión con la que lo manipulamos, y responder en consecuencia.
Esto se logra a través de una combinación de pantalla táctil capacitiva y distintos sensores de fuerza o presión, que además de medir esta variable tienen en cuenta la dirección en la que nos movemos con esa intensidad.
Aunque quizás todavía falten muchos meses o algunos años para que esta tecnología llegue a nuestras manos como consumidores finales, me parece un buen camino para el desarrollo de los teléfonos táctiles, para que el uso sea cada vez más intuitivo.