Así como existen los “fashion victims” que por pegarse mucho a la moda terminan por deshonrar al buen gusto, existirían los “mobile victims”, que de tanto juntarse con las innovaciones acaben aplastados por ellas. Facebook podría ser uno: analistas vaticinan su muerte en 2020 a causa de, nada más y nada menos, las tecnologías móviles.
Con 900 millones de usuarios en su haber y una accidentada participación en la bolsa, Facebook estaría destinado a desaparecer. Tiempo estimado de vida: de cinco a ocho años.
Esto es lo que avisora Eric Jackson, fundador de Ironfire Capital, según quien la red social de Palo Alto ha creado un imperio en torno a sí misma aglutinando una cantidad de usuarios que le hacen equivalente demográficamente al tercer país más poblado del mundo. Dicho imperio comenzaría un descenso de popularidad similar al que atravesó Yahoo y, con ello, se desmoronaría dentro de sí misma al ser ella su propio respaldo.
¿La causa de la debacle? Los móviles.
A diferencia del cataclismo del que se viene hablando hace unas semanas respecto a la llamada “burbuja digital”, esto no ocurriría al solapar bienes “fiduciarios” sino por la incapacidad que podría tener Facebook a la hora de adaptarse a usuarios cada vez más móviles. Según Jackson, Facebook enfrenta el reto de dejar de ser una red social para ser un medio que pone al usuario móvil en su centro y aquí vendría la prueba de fuego por la cual se teme su final en 2020.
Y es aquí donde uno se pregunta: ¿Puede pasarle una cosa así a Facebook? Si lo vemos, cada rediseño del Sitio lo vuelve más bonito y tecnológico para algunos pero más pesado y menos funcional para otros… ¿Acaso no fueron cosas similares las que le pasaron, por ejemplo, a RIM?
Sin ánimos de ser aves de mal agüero, vale la pena abrir y los ojos y mirar si acaso Facebook está detectando las necesidades del mercado en el cual se desenvuelve y qué cosas realmente efectivas está haciendo para satisfacerlas a mediano y largo plazo. De entrada podemos ver una declaración de voluntad en la compra de empresas especialistas en movilidad como, por ejemplo, Instagram que, si bien no podrá servir para garantizarle el futuro a Facebook por sí sola, sí que es un paso importante en la redefinición de una empresa que, nos ha contado el cine, nació de una borrachera y ahora enfrenta el reto de sobrevivir a la más sobria realidad.