Windows Phone ha empezado a dar señales de la peor característica de Android: que usuarios de la misma plataforma no puedan disfrutar las mismas aplicaciones. Nokia ha confirmado que el Lumia 610 no podrá instalar Skype de forma oficial.
Después de que Skype anunciara que no sería compatible con teléfonos que tuvieran 256Mb de RAM y Nokia asegurase que la aplicación funcionaría en su Lumia 610, la experiencia de usuario dada no terminó de convencer a los finlandeses, retirando la opciónde descarga para estos terminales. Esto confirma que los fabricantes tendrán la capacidad de vetar ciertas aplicaciones en sus terminales, a pesar de que el 95% del catálogo funcionará en terminales de bajas prestaciones.
La actualización a Tango abre la puerta a los fabricantes para producir móviles a precios muy competitivos (a costa de bajar en prestaciones) e introducirlos en mercados de paises emergentes, pero trae consigo uno de los peores males que puede tener una plataforma: la fragmentación. Aunque los argumentos expuestos por Nokia, la pobre experiencia de usuario que daba Skype en el 610, parezcan racionales, lo cierto es que el error viene de más adentro: Microsoft no debió permitir la aparición de los dispositivos de gama baja, en mi opinión, ya que una de las cosas que me gustan de Windows Phone es su uniformidad como plataforma, la existencia de un estilo unificado en las aplicaciones del Marketplace y el si funciona en uno, funciona en todos.
Esperemos no ver cómo Microsoft rebaja los estándares necesarios para correr Windows Phone a niveles de Android a costa de ganar cuota de mercado, esperemos que este aumento venga de la mano del reconocimiento de la calidad de Windows Phone.